Cómo desconectar las emociones
¿Alguien te ha dicho que tienes el corazón frío? ¿O más bien todo lo contrario y te gustaría mantener tus emociones a raya?
Cómo carecer de emociones
Algunas personas introvertidas por naturaleza se pasan la vida fingiendo ser extrovertidas en un esfuerzo equivocado por agradar a los demás. La introversión no es algo de lo que haya que avergonzarse, y es saludable para tu bienestar si puedes aceptarte tal y como eres. Si prefieres ser reservado la mayor parte del tiempo, envía señales -a través de lo que dices o dejas de decir, del lenguaje corporal, etc.- para que los demás lo sepan. Acepta tu capacidad de vivir la vida a tu manera, pero nunca utilices la introversión como excusa para ser hostil con los demás.
¿Tienes el corazón frío?
Es un lugar extraño en el que estar, ¿verdad? ¿Querer saber cómo ser frío y sin emociones? Por un lado, tenemos a los psicópatas y narcisistas en un extremo del espectro que no pueden empatizar ni experimentar sentimientos normales. Y por otro lado, te tenemos a ti, en el otro extremo del espectro, queriendo aprender formas de sentir sin corazón y carecer de emociones.
Es posible, y te mostraremos cómo carecer de emociones y endurecer tu corazón como una roca. Pero, ¿de dónde viene este dolor? ¿Por qué alguien dotado de empatía, amor y emociones querría tirarlo todo por la borda para convertirse en un zombi sin emociones?
Tienes que recordar que algunos somos más sensibles que otros, y eso está bien. Es un don de empatía y sentimientos que tienes que estar orgulloso de tener. Experimentar sentimientos profundamente no te hace débil. Es lo que te convierte en un buen amigo, amante y, en general, en un mejor ser humano.
Si quieres ser feliz, permítete sentir esas emociones en lugar de intentar aprender a no tenerlas. Pero, por otro lado, si crees que eres muy sensible y te ofendes por la más mínima razón, aquí tienes algo que debes leer: Cómo dejar de ser tan sensible todo el tiempo. Te ayudará a entender qué te hace ser sensible y cómo puedes superarlo.
