El resentimiento en las relaciones

En algún momento, todos nos enfadamos en el trabajo. Puede que nuestro jefe critique públicamente nuestro trabajo, que un compañero critique nuestra genial idea en una reunión o que un empleado ignore nuestras instrucciones por enésima vez.  Sentir algo de rabia o resentimiento en esas situaciones no es necesariamente malo, y probablemente sea de esperar. Pero ser incapaz de desprenderse de ese enfado es un verdadero problema.

Las investigaciones han demostrado que las personas que perdonan bien a los demás (es decir, que son capaces de desprenderse de la ira y el resentimiento) suelen experimentar menos síntomas negativos de salud física, como trastornos del sistema cardiovascular o inmunitario, y menos síntomas negativos de salud mental, como ira y depresión.

Y no sólo en los problemas graves es importante dejar ir la ira.  Imagina, por ejemplo, que te critican por ese memorándum que acabas de escribir.  En el gran esquema de una carrera, probablemente no sea lo peor que vayamos a experimentar. Pero incluso en ese caso, a algunas personas les cuesta superar la crítica, dejar ir la ira y el resentimiento y perdonar a su jefe.

¿Cuál es la raíz del resentimiento?

No existe una causa única del resentimiento, pero en la mayoría de los casos subyace la sensación de haber sido maltratado o agraviado por otra persona. Experimentar frustración y decepción es parte normal de la vida. Cuando los sentimientos se vuelven demasiado abrumadores, pueden contribuir al resentimiento.

¿Por qué estoy tan enfadado y resentido todo el tiempo?

¿Por qué estoy tan enfadado? La ira es una emoción humana natural, pero cuando es constante e implacable, puede ser señal de algo más, como estrés o ansiedad. No pasa nada por enfadarse. La vida no siempre sucede como uno quiere o necesita, y la ira es una respuesta natural al sentimiento de injusticia.

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Cómo superar la amargura

Aunque no existe una norma que dicte si guardar rencor durante mucho tiempo está bien o mal, hacerlo puede ser poco saludable. Hay una razón por la que la frase es: “Guarda rencor”, porque el rencor es una carga que llevas. Cuando te aferras a la ira, estás utilizando tu energía para mantener algo que no es bueno para ti. Extiendes el dolor que sientes por la situación y añades más estrés a tu vida. Esto es especialmente cierto cuando el agresor se ha disculpado por su mal comportamiento y ha hecho lo necesario para compensarlo. “Una vez que la otra persona se ha disculpado, ha hecho su parte: ha liberado su carga”, dice Steve Adams. “La mejor manera de seguir adelante es encontrar la fuerza para perdonar”.

Hay una fuerza inmensa en dejar a un lado la venganza y ofrecer el perdón. Más allá de mostrar fortaleza, ofrecer el perdón puede hacerte más sano mentalmente, estar mejor socialmente y sentir que estás haciendo el bien al mundo. Sin embargo, perdonar no siempre es tan fácil como parece.

Aunque perdonar es la mejor manera de dejar de aferrarse a la ira, no es algo que surja de forma natural. Cuando alguien te hace daño o te ofende, puede alimentar tu deseo de venganza. Puede que sientas que es justo que te vengues para que sepan lo que se siente. Es difícil renunciar a tu derecho a vengarte, porque sientes que estás perdiendo. Sin embargo, la venganza sólo conduce a más dolor y probablemente no resolverá tus malos sentimientos. Steve Adams dice: “La venganza es altamente antisocial y contraproducente”. Puede que te sientas bien durante un segundo, pero conduce a más relaciones dañadas y sentimientos heridos.

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Cómo olvidar a alguien que te hizo daño

¿Quién no se ha sentido herido alguna vez por los actos o las palabras de otra persona? Tal vez uno de tus padres te criticaba constantemente cuando crecías, un colega saboteó un proyecto o tu pareja tuvo una aventura. O tal vez hayas vivido una experiencia traumática, como sufrir abusos físicos o emocionales por parte de alguien cercano. Estas heridas pueden dejar sentimientos duraderos de resentimiento, amargura e ira, a veces incluso odio.

Pero si te aferras a ese dolor, puede que seas tú quien lo pague más caro. Al abrazar el perdón, también puedes abrazar la paz y la esperanza. Piensa en cómo el perdón puede conducirte por el camino del bienestar físico, emocional y espiritual.

El acto que te hirió u ofendió puede que siempre te acompañe. Pero trabajar en el perdón puede disminuir el control que ese acto ejerce sobre ti. Puede ayudarte a liberarte del control de la persona que te hizo daño. A veces, el perdón puede incluso generar sentimientos de comprensión, empatía y compasión hacia la persona que te hizo daño.

Perdonar no significa olvidar o excusar el daño que te han hecho. Tampoco significa necesariamente reconciliarse con la persona que causó el daño. El perdón aporta una especie de paz que te permite centrarte en ti mismo y te ayuda a seguir adelante con tu vida.

Cómo deshacerse de la agresividad

¿Qué es eso? ¿Crees que esos sentimientos te motivan y te ayudan a hacer las cosas? ¡Tonterías! Si eres sincero contigo mismo, te darás cuenta de que hacer las cosas no es el objetivo final. El objetivo es sentirse realizado y feliz.

Los logros alimentados por el resentimiento y la ira rara vez contribuyen a la serenidad y la plenitud. Y lo que es más importante, los momentos que pasaste tachando cosas de tu lista de tareas pendientes con el ceño fruncido se esfuman sin aportarte nada positivo. Se han ido; nunca volverán.

  Como se que aun me quiere

¿Qué es lo contrario de la ira, el odio o el miedo? Exacto: el amor. Al enviar sólo amor hacia alguien, rezando para que reciba todas las cosas maravillosas que quieres para ti en la vida, estás cincelando lentamente las emociones negativas que te hacen más daño que bien. ¿No me crees? Haz la prueba.

Tanto si crees en la oración como si no, puedes reservar un momento del día para tener pensamientos cariñosos hacia alguien con quien estás resentido, deseándole buena suerte y bendiciones. Dilo en voz alta: “Dios/Buddha/Creador/Universo/Picaporte/etc.: por favor, dale hoy amor, salud y paz a Lisa”.

Por Anna

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