Ejemplos de comunicación asertiva pdf
Todo el mundo tiene cosas que quiere y necesita de las relaciones que mantiene. La mayoría de la gente reconoce que el comportamiento agresivo no es una buena forma de conseguir esas cosas y mantener la relación al mismo tiempo: puede que consigas lo que quieres, pero también puede que después te encuentres con un amigo menos. En el otro lado del espectro, el comportamiento pasivo es una estrategia que muchas personas utilizan para mantener una relación, cediendo a las demandas de otra persona por miedo a que enfrentarse a ellas pueda llevar a que la otra persona abandone la relación. ¿Cuál es el camino intermedio? El comportamiento pasivo-agresivo es una especie de muerte lenta: no consigues realmente lo que quieres y la relación también se resiente de ello.
El verdadero término medio se llama asertividad. La asertividad consiste en proteger tus propios derechos sin pisotear los derechos de los demás. La asertividad nos permite conseguir lo que queremos sin romper las relaciones. Es el enfoque más útil de la comunicación en prácticamente todas las situaciones. Veamos un ejemplo:
¿Qué es ser asertivo en una relación?
Ser asertivo significa ser abierto y honesto sobre nuestros deseos y necesidades con nuestras parejas y no esperar que simplemente sepan lo que sentimos. Del mismo modo, si te interesa alguien, ser asertivo podría traducirse simplemente en pedirle salir.
¿Por qué es importante la asertividad en una relación?
Ser asertivo es una habilidad comunicativa fundamental. La asertividad puede ayudarte a expresarte con eficacia y a defender tu punto de vista. También puede ayudarte a hacerlo respetando los derechos y creencias de los demás. Ser asertivo también puede ayudarte a aumentar tu autoestima y a ganarte el respeto de los demás.
¿Cómo puedo ser asertivo con mi mujer?
Aprender a escuchar
Uno de los aspectos más importantes para ser asertivo en una relación es aprender a escuchar a tu pareja. Escuchando lo que se dice, puedes responder a los hechos de forma precisa y controlada, lo que te ayudará a evitar conflictos.
Ejemplos de falta de asertividad
Todos queremos una relación sana, pero no siempre es fácil conseguirlo. Un paso difícil pero primordial para mejorar el bienestar de tu pareja es aprender a defenderte a ti mismo y lo que quieres. Tanto si acabas de empezar a sentirte atraído como si tienes una pareja seria desde hace años, ser asertivo (o no) puede marcar el éxito o el fracaso de tu relación.
“Depende de nosotros comunicar lo que queremos, lo que deseamos y lo que necesitamos”, dice Fran Walfish, psicoterapeuta de Beverly Hills y autora de The Self-Aware Parent (El padre consciente de sí mismo). Según Walfish, ser asertivo empieza por una comunicación continua, y no sólo con la pareja. Para dominar la comunicación, debemos comprobar periódicamente cómo nos sentimos. Una vez que lo hemos averiguado, podemos expresar nuestros sentimientos a nuestra pareja para determinar si estamos en la misma sintonía.
“En lugar de liderar con asertividad, muchas parejas adoptan por defecto un estilo de comunicación pasivo o pasivo-agresivo, en el que cada miembro de la pareja intenta influir en el otro para que satisfaga sus necesidades sin tener que nombrarlas explícitamente”, dice Jordan Gray, experto en relaciones. “Pero para estar en una relación adulta sana y funcional, es imprescindible que ambas personas aprendan a exponer asertivamente sus necesidades y deseos con claridad”.
Ser asertivo
Voy a empezar una nueva serie sobre las relaciones, y este será el primer post y cubrirá la Comunicación de Pareja. Anteriormente hice una serie sobre Distorsiones Cognitivas que resonó con muchos de mis lectores, por lo que esta será otra serie en la que voy a profundizar para cubrir una gran cantidad de información en un área a través de una serie de mensajes. Aquí voy a cubrir los 3 principales estilos de comunicación y cómo afectan a su relación, y cubrir cómo utilizar la comunicación asertiva para una mejor resolución de conflictos.
He trabajado con innumerables parejas en la terapia, y el número 1 cosa que las parejas vienen en busca de ayuda es la comunicación. Esto tiene sentido, porque la comunicación es realmente la piedra angular de cualquier relación. De hecho, incluso cuando estoy viendo a la gente para la terapia individual, también a menudo terminan repasando los estilos de comunicación y evaluar lo que se puede mejorar en el ámbito de la comunicación, ya que es tan importante en todos los ámbitos de su vida.
En el caso de las parejas, los problemas de comunicación suelen ser la causa de muchos de los problemas a los que se enfrentan. En una relación, la salud y la fuerza de la relación no se miden por la cantidad de conflictos que se tienen. Todas las parejas tienen algún conflicto, así que estar libre de conflictos no es el objetivo. Los problemas surgen a la hora de resolver esos conflictos. Cuando aprendes a comunicarte bien, puedes resolver los conflictos de un modo sano y productivo que nutra y apoye tu relación, en lugar de hacerlo de un modo que rompa vuestros lazos y cause dolor y angustia.
Ejemplos de comunicación asertiva
Tómate un momento y piensa en las conversaciones que mantienes con distintas personas de tu vida. ¿Alguna vez te has dado cuenta de que no puedes evitar contestarle bruscamente a alguien a quien quieres y te sientes culpable después?
Hay cuatro estilos básicos de comunicación con los que podrías identificarte: pasivo, agresivo, pasivo-agresivo y asertivo. Este último es el más eficaz, ya que conduce a interacciones claras y positivas.
Es importante entender que podemos elegir el estilo de comunicación que utilizamos, y que tendemos a cambiarlo dependiendo de la situación en la que nos encontremos o de con quién estemos hablando. Por ejemplo, hablarías de forma muy diferente a tu jefe que a tu amigo.
Aunque podemos modificar nuestro estilo, tendemos a tener un estilo de comunicación estándar al que volvemos como nuestra línea de base natural. Algunas personas utilizan estilos más eficaces que otras, lo que puede ser el resultado de diferentes cosas: nuestra edad, nuestras experiencias y nuestra cultura son algunas de ellas.
El punto de partida es averiguar cuál es tu propio estilo de comunicación y cómo reconocer el de los demás. Así podrás empezar a comunicarte con más eficacia, entender qué efecto tiene en tus relaciones y crear interacciones más positivas.