Cómo armarse de valor para hablar con alguien
Cuando estaba inmersa en mi vida empresarial de 18 años, luchaba interiormente por sentirme exitosa, valorada y por hacer lo que sentía que era una contribución positiva en el mundo. Por aquel entonces, me creía valiente, pero no lo era. Ni mucho menos. Tenía miedo todo el tiempo y no reunía el valor para hablar y defenderme a mí misma o a los demás. No tenía la fuerza para enfrentarme a lo que estaba mal y era injusto y me miraba a la cara. Tenía miedo de no caer bien si mostraba mis verdaderos sentimientos. Y temía profundamente no saber nunca lo suficiente como para “pertenecer” allí de forma poderosa (el viejo síndrome del impostor me jugaba grandes malas pasadas).
Ahora que estoy en mi propio negocio y he elegido una dirección que se siente bien para mí, he visto que miles (me atrevo a decir millones) de personas no son lo suficientemente valientes en sus vidas, ya sea para ser lo que realmente son, o hacer el impacto que anhelan. He trabajado con muchos hombres y mujeres profesionales de nivel medio y alto que se han enfrentado a todo tipo de traumas, abusos, retos, crisis, dificultades y sufrimientos en su vida y en su trabajo, pero que no han encontrado la manera de reunir el valor necesario para dar un paso más allá de esas dificultades y honrar la razón por la que vinieron a este planeta en este momento.
¿Cómo me armo de valor para hablar con ella?
Hazle preguntas sobre sí misma y sé buena oyente. Presta atención a lo que dice y mantén el contacto visual con ella. Deja aflorar tu sentido del humor natural y bromea con ella. Coquetea con ella y haz todo lo posible por relajarte.
¿Por qué tengo miedo de pedir cosas?
Pedir ayuda a menudo hace que la gente se sienta incómoda porque exige ceder el control a otra persona. “Hay gente a la que le cuesta mucho asumirlo”, dice. Otro temor es ser percibido como necesitado. “No queremos avergonzarnos de nuestra situación ni parecer incompetentes”, dice.
Cómo armarse de valor para hablar con una chica
Jun 6, 2021,12:22pm EDT|¿Cómo es el valor en el trabajo? Mientras que algunos de nosotros podemos tener una idea clara que nos viene fácilmente a la mente, sin duda muchos otros piensan en ella como algo abstracto y no cuantificable: “Significa hacer lo correcto”. “Significa dar la cara por tus compañeros”. “Lo reconozco cuando lo veo”.
James Detert, Catedrático John L. Colley de Administración de Empresas en la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia, ha dedicado mucho tiempo a reflexionar sobre esta cuestión. Tanto, que ha escrito un libro sobre este mismo tema que acaba de publicarse, Choosing Courage: The Everyday Guide to Being Brave at Work. El libro es la culminación de muchos años de investigación de Detert sobre la valentía en el lugar de trabajo y las condiciones en las que las personas utilizan con éxito su voz para decir la verdad al poder.
Entrevisté a Detert para mi libro To Be Honest; Lead with the Power of Truth, Justice and Purpose (Ser honesto: liderar con el poder de la verdad, la justicia y el propósito), para saber más sobre lo que él llama “valentía competente”, cómo la gente puede llevar con eficacia su voz a cuestiones difíciles en su lugar de trabajo y por qué la valentía es una habilidad, no un rasgo de la personalidad.
Significado de coraje
Empecemos por reconocerlo: Decir que no puede ser difícil; es mucho más fácil decir que sí. De hecho, decir que no puede requerir mucho valor en determinadas situaciones. Piense en decir que no a un buen cliente, a un miembro de su equipo que contribuye de forma importante a su éxito, o a un familiar al que quiere y cuida. Saber decir que no, tener las palabras adecuadas, ser capaz de ganar tiempo e incluso disponer de algunas estrategias a las que recurrir son excelentes herramientas para dominar esta importante habilidad vital. Cuando el sí se convierte en un peligro. Nos comprometemos en exceso con nuestros clientes, nuestras familias y nuestra vida social, sin dejar tiempo para nosotros mismos. También nos comprometemos en exceso a aceptar nuevos proyectos que pueden ser rentables a corto plazo, pero que a largo plazo no sirven a nuestro objetivo principal. Es fácil ver que decir siempre sí tiene un gran coste. “Decir siempre sí tiene un gran coste”.
Citas sobre el valor de la palabra
Según James Altucher, autor de The Power of No: Because One Little Word Can Bring Health, Abundance, and Happiness, “…tienes derecho a decir no: A cualquier cosa que te esté haciendo daño. A las normas que ya no te sirven. A la gente que te drena de tu creatividad y expresión. A las creencias que no son fieles a tu verdadero yo. Cuando lo hagas, serás libre para decir un “Sí” verdaderamente poderoso en tu vida, uno que abra la puerta a las oportunidades, la abundancia y el amor”.
Sin embargo, la cultura actual nos hace sentir como si siempre tuviéramos que decir sí: sí en el trabajo, sí en nuestras relaciones, sí en la vida. La sociedad fomenta la noción de que decir sí es valiente y amable, mientras que al mismo tiempo promueve la sensación de que decir no es paralelo a la negatividad y a ser inútil.
Decir sí tiene un coste real. Los economistas lo llaman “coste de oportunidad”. Y el coste de oportunidad de algo es aquello a lo que has tenido que renunciar para conseguirlo. Así que si quieres mejorar tu capacidad para decir que no, empieza por considerar primero los costes de oportunidad. Tim Harford, columnista del Financial Times, da en el clavo cuando dice: “Cada vez que decimos que sí a una petición, también estamos diciendo que no a cualquier otra cosa que podríamos conseguir con ese tiempo”. ¿Escribiré la reseña de un libro y, por tanto, no escribiré un capítulo de mi propio libro? ¿Daré un discurso a unos alumnos y, por tanto, no leeré un cuento a mi propio hijo?”.