Hablar sin ánimo de ofender a nadie
Si temes la discordia, puede ser natural que evites o retrases una conversación difícil. Pero esto puede perjudicar tus relaciones y tener otros resultados negativos. Puedes aprender a sumergirte en estas conversaciones difíciles reformulando tus pensamientos. Empieza desde la curiosidad y el respeto, y deja de preocuparte por caer bien. A continuación, en lugar de centrarte en lo que vas a decir, concéntrate más en lo que estás escuchando de la otra persona. Cuando hables, sé directo y no lo pospongas. Será difícil seguir todos estos consejos si no haces una cosa más: esperar un resultado positivo. Muchas personas evitan las conversaciones difíciles porque temen lo peor. Si esperas lo mejor, te resultará más fácil mantener una conversación constructiva.
Evitar o retrasar una conversación difícil puede dañar tus relaciones y crear otros resultados negativos. Puede que al principio no te parezca natural, sobre todo si temes la discordia, pero puedes aprender a sumergirte en estas conversaciones difíciles replanteando tus pensamientos.
Empieza desde la curiosidad y el respeto, y deja de preocuparte por caer bien. Las personas que evitan los conflictos suelen preocuparse por caer bien. Aunque es natural querer caer bien, eso no es siempre lo más importante. Entabla la conversación con una actitud abierta y un auténtico deseo de aprender. Empieza desde la curiosidad y el respeto, tanto por ti mismo como por la otra persona. El respeto genuino y la vulnerabilidad suelen producir más de lo mismo: respeto mutuo y vulnerabilidad compartida. Incluso cuando el tema es difícil, las conversaciones pueden seguir siendo de apoyo mutuo. Respeta el punto de vista de la otra persona y espera que respete el tuyo.
Frases en inglés para decir “no” educadamente
Hace poco analizamos el lenguaje que utilizamos para describir la mentira. Uno de los aspectos de la mentira que analizamos fue “ser ligeramente deshonesto o no decir toda la verdad”. Una de las razones para no decir toda la verdad es evitar decir algo que pueda molestar u ofender a la gente. Las palabras y frases que utilizamos para evitar ser ofensivos o molestos se llaman eufemismos.
No es de extrañar que algunos de los eufemismos más frecuentes se refieran a la muerte. A mucha gente no le gusta decir que alguien ha muerto. Suena demasiado directo, quizá incluso un poco chocante. Prefieren utilizar el verbo más suave “fallecer”: Me temo que su madre falleció ayer. Otra forma eufemística de decir que alguien ha muerto es decir que has perdido a alguien: Ha perdido a su padre hace poco. Del mismo modo, cuando una persona lleva a un veterinario una mascota muy enferma o vieja para que la sacrifique sin dolor, suele decir que la ha sacrificado: Hoy estamos todos tristes porque han sacrificado a nuestra querida perra Daisy.
Todos nos ofendemos alguna vez. A menudo, nos ofendemos cuando alguien dice algo grosero o insensible. Puede que la persona no haya querido ofenderte, pero eso no significa que no debas abordar el asunto. Si tienes miedo de agravar la situación, no te preocupes. Hay muchas formas de expresar tus sentimientos sin llegar a la confrontación.