Test de trastorno de estrés postraumático complejo
La hiperalerta (un estado de alerta elevado) es un síntoma frecuente del trastorno de ansiedad y del estrés. Está causado por la activación frecuente del sistema de “lucha o huida”, a menudo por un comportamiento excesivamente ansioso o por situaciones y circunstancias estresantes.
El síntoma de ansiedad de hiperalerta puede ocurrir rara vez, con frecuencia o persistir día tras día. Por ejemplo, puedes sentirte en hiperalerta de vez en cuando y no tan a menudo, sentirte en hiperalerta de vez en cuando, o sentirte así todo el tiempo y todos los días.
Le recomendamos que consulte con su médico todos los síntomas nuevos, cambiantes, persistentes o recurrentes, ya que algunas enfermedades y medicamentos pueden provocar síntomas similares a la ansiedad, incluida la hiperalerta.
El comportamiento ansioso, como la preocupación, activa la respuesta al estrés. La respuesta al estrés segrega hormonas del estrés en el torrente sanguíneo, donde viajan por todo el cuerpo y provocan muchos cambios en todo el organismo que lo preparan para una acción de emergencia inmediata: luchar o huir.
Esta reacción de supervivencia suele denominarse respuesta de lucha o huida, respuesta de lucha, huida o congelación (ya que algunas personas se congelan como un ciervo atrapado entre titulares cuando tienen miedo) o respuesta de lucha, huida, congelación o desmayo (ya que algunas personas se desmayan cuando tienen miedo)[1][2].
Genofobia
La hipervigilancia y el trauma crean algunos de los problemas vitales más preocupantes. Insomnio. Preocupación. Siempre esperando que caiga el otro zapato. Desde que tienes memoria, siempre te has sentido al límite. Siempre estás buscando algo que pueda salir mal. El constante escaneo de hipervigilancia que sientes te impide relajarte del todo.
Así que te mantienes en guardia, sea cual sea la situación. Ya estés en el supermercado haciendo la compra o incluso en casa viendo la tele, tus defensas siempre están puestas. Los ruidos fuertes le sobresaltan con facilidad y tiene tendencia a ponerse rápidamente a la defensiva cuando habla con otras personas.
Si alguna vez has sufrido un trauma en el pasado, es posible que sigas enfrentándote a él en el presente. Cuando te expones a un trauma, el objetivo de tu mente y tu cuerpo es mantenerte lo más seguro físicamente posible. Por lo tanto, entras en modo defensivo y te vuelves muy sensible a cualquier amenaza percibida.
Por supuesto, hay varios problemas relacionados con la hipervigilancia. Por un lado, tu reacción ante una situación no es proporcional a lo que está ocurriendo. En otras palabras, hay una desconexión, una especie de malentendido entre lo que realmente ocurre en el exterior y lo que te ocurre en el interior. Eso se debe a que tu cerebro y tu cuerpo siguen intentando protegerte de más traumas. Aunque el trauma haya ocurrido hace años, ya sea un TEPT o un TEPT-C, el efecto sigue siendo el mismo.
Trauma desencadenado
Nos hace sentir alerta ante peligros ocultos: una sensación primitiva de amenaza, de andar con pies de plomo sin saber por qué. O la creencia de que hay que permanecer alerta ante una catástrofe inminente. Otras veces puede ser una sensación de incertidumbre que no se puede tolerar. A menudo, sin embargo, no se puede identificar el origen de la amenaza y la reacción se siente desproporcionada con respecto a la realidad. Es como si hubiéramos adquirido una sensación de malestar que no podemos ignorar y que hace saltar las alarmas sin motivo aparente, provocando una atmósfera de tensión. Suele reproducirse con una sensación de urgencia y provoca comportamientos compulsivos que buscan evitar o escapar de la fuente de la amenaza percibida. La hipervigilancia es un estado que puede verse potenciado por un periodo de ansiedad prolongado, un conflicto, un trauma, una enfermedad o una pérdida importante (como la muerte de un ser querido).
Estar siempre alerta significa tener que permanecer en alerta permanente, buscando pruebas de una amenaza incluso cuando no existe, por ejemplo, revisando recuerdos del pasado o proyectando en la cabeza acontecimientos futuros. Significa ser muy sensible a sensaciones físicas como el dolor, el estrés, la ansiedad, la ira, la pena y la pérdida, así como querer evitar cualquier situación o relación social que suponga un reto y que le lleve a estar en estrecho contacto y confrontación con los demás. A menudo, las personas que experimentan hipervigilancia pueden ser susceptibles a sus propios sentimientos subyacentes de impotencia, vulnerabilidad e inutilidad. Pueden sentirse incapaces de hacer frente a las tareas o responsabilidades más sencillas y temer constantemente las críticas, o intentar agradar a los demás. Algunas personas pueden reaccionar de forma defensiva o violenta para defenderse de una amenaza percibida. Pueden experimentar sentimientos de culpa o desaprobación por parte de un ser querido.
Hiperautoconciencia
Los artículos de Verywell Health son revisados por médicos colegiados y profesionales de la salud. Estos revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y tras actualizaciones sustanciales. Más información.
La hipervigilancia es un estado en el que se está constantemente tenso, en guardia y excepcionalmente atento al entorno. La hipervigilancia tiene muchas causas, entre las que se incluyen trastornos psicológicos como la ansiedad y enfermedades médicas como la tiroides. Las drogas recreativas y terapéuticas también pueden producir este efecto.
El diagnóstico de la hipervigilancia se basa en el historial médico y el examen clínico. Algunas pruebas diagnósticas, como análisis de sangre y pruebas de imagen, pueden ayudar a identificar la causa. El tratamiento se basa en reducir los síntomas de la hipervigilancia y también en controlar la causa subyacente.
La mayoría de las personas han experimentado breves momentos de hipervigilancia. Por ejemplo, las personas que están viendo una película de terror o de visita en una “casa encantada” temática suelen sentirse aterrorizadas por ruidos por lo demás normales, como el crujido de una puerta. Y la mayoría de los visitantes del zoo local se encuentran mirando ansiosamente al suelo después de visitar la exposición de serpientes.