Síntomas de doble personalidad
Aunque los diagnósticos de trastorno de identidad disociativo (TID) son poco frecuentes, este trastorno de salud mental se caracteriza por la experiencia de tener más de una identidad distinta y dispar. El TID, uno de los tres trastornos disociativos, suele tener su origen en traumas infantiles graves y prolongados, y puede ser un mecanismo de defensa para hacer frente a recuerdos dolorosos.
Anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple, el TID es una enfermedad mental poco frecuente que afecta al 1,5% de la población mundial.
El TID se caracteriza por la expresión de dos o más identidades, cada una con sus propios recuerdos y comportamientos. Debido a estas identidades cambiantes, los individuos pueden experimentar lagunas en su memoria e incoherencias en el comportamiento. Las actitudes, preferencias y gustos pueden cambiar repentinamente a medida que cambian las identidades en cualquier momento. La personalidad ‘a cargo’ puede no saber explicar opiniones, decisiones o incluso compras anteriores.
Persona con doble personalidad
El trastorno de personalidad múltiple (TPM) es un trastorno caracterizado por tener al menos una personalidad “alterada” que controla el comportamiento. Se dice que los “alteres” se producen de forma espontánea e involuntaria y funcionan de forma más o menos independiente unos de otros. Se ha descubierto que algunos individuos con TID tienen estados de personalidad que presentan diferentes formas de reaccionar, en términos de emociones, pulso, presión sanguínea y flujo sanguíneo al cerebro. Este trastorno se denominaba anteriormente trastorno de personalidad múltiple (MPD) y a menudo se conoce como trastorno de doble personalidad. El trastorno de identidad disociativo es un efecto de un trauma grave durante la primera infancia, normalmente abuso físico, sexual o emocional extremo y repetitivo.
El trastorno de identidad disociativo (TID), también conocido como trastorno de personalidad múltiple (TMP), es un trastorno mental caracterizado por al menos dos identidades distintas y relativamente duraderas o estados de personalidad disociada que controlan alternativamente el comportamiento de una persona, y se acompaña de alteraciones de la memoria para información importante que no se explican por el olvido ordinario. Estos síntomas no se explican por el abuso de sustancias, las convulsiones y otras afecciones médicas. El diagnóstico suele ser difícil, ya que existe una considerable comorbilidad con otros trastornos mentales.
El trastorno se acompaña de lagunas de memoria más graves de lo que podría explicarse por un olvido ordinario. Los estados de personalidad se manifiestan alternativamente en el comportamiento de la persona; sin embargo, las presentaciones del trastorno varían.
Otras afecciones que suelen aparecer en las personas con TID son el trastorno de estrés postraumático, los trastornos de la personalidad (especialmente el límite y el evitativo), la depresión, los trastornos por consumo de sustancias, el trastorno de conversión, el trastorno de síntomas somáticos, los trastornos alimentarios, el trastorno obsesivo-compulsivo y los trastornos del sueño. También son frecuentes las autolesiones, las convulsiones no epilépticas, los flashbacks con amnesia del contenido de los flashbacks, los trastornos de ansiedad y el suicidio.
Trastorno de doble personalidad
El trastorno de doble personalidad, también conocido como trastorno de identidad disociativo, es un trastorno mental en el que una persona experimenta la presencia de dos o más personalidades distintas y separadas dentro de su misma mente. Cada personalidad puede tener su propio conjunto de pensamientos, sentimientos y comportamientos únicos, y la persona puede cambiar entre ellas de manera involuntaria o en respuesta a ciertos estímulos o situaciones.
Las causas del trastorno de doble personalidad no están claras, aunque se cree que puede estar relacionado con experiencias traumáticas en la infancia o en la vida adulta. Las personas con este trastorno pueden experimentar síntomas como depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, abuso de sustancias, autolesiones y problemas de memoria.
Las consecuencias del trastorno de doble personalidad pueden ser significativas tanto para la persona afectada como para su entorno cercano. Las personalidades alternas pueden tener diferentes niveles de agresividad, impulsividad o incluso peligrosidad, lo que puede resultar en comportamientos dañinos para la persona y/o para otros. Además, el trastorno de doble personalidad puede afectar la capacidad de la persona para mantener relaciones saludables y funcionales con amigos, familiares y otros miembros de la comunidad.
El tratamiento del trastorno de doble personalidad suele implicar una combinación de terapia y medicación, y puede ser un proceso prolongado y desafiante. Sin embargo, con la atención adecuada, muchas personas pueden aprender a manejar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.